El 9 de marzo del 2011, mientras la vida se movia en mi panza, al otro lado del mundo otra vida que amo partia. Mi hermano. Asi me despedi de ti, en voz de la Pame, en el crematorio del Cementerio General de Santiago.
"Recuerdo perfecto el dia que mi madre me dijo que ibas a llegar (girabamos la esquina de Avda Mexico y La Colonia), recuerdo perfecto la alegria porque al fin iba a tener la posibilidad de que alguien, algun dia me dijera “tia”. Recuerdo tambien cuando naciste y lo azul que te vi exactas 3 horas despues de nacido.
Recuerdo tambien la ultima vez que nos vimos y nos abrazamos. La Luna y yo te acompagnamos al aeropuerto, hablamos tanto y nos quedaron tantas cosas por hablar, me acuerdo de tu sonrisa, de tus manos grandes y flacas, que al cabo de una semana la Luna se habia transformado en una laucha conocida que ya tomabas con confianza y mirabas con ojos enamorados. Nos deciamos que nuestra pequena familia habia crecido.
Pensar en ti es pensar tambien en tus historias surreales (algunas me hicieron detestarte y otras reirme a carcajadas), de tantos pedazos de tu vida que no conoci y que ya no voy a conocer.
La distancia es una gran mierda, pero nunca me ha pesado tanto como ahora. 19 de horas de viaje es dificil traducirlas en una medida de dolor.
Vivir estas semanas disociada, con un pedazo de vida aqui, en el trabajo, con conversaciones que 2 minutos despues ya no recordaba, mirando el telefono, colgada a internet, esperando las 10 de la noche para poder saber que pasaba, para poder rastrear en la familia y en los amigos como estabas, si sufrias. Para asegurarme tambien que el maximo de ellos te dijera tantas veces como pudieran todo lo que te amo.
El resto de las cosas que tenia que decirte te las dije desde aqui, pensandote con fuerza, con las lagrimas cayendome mientras me dormia, con pequenos permisos que me daba para pensar que te me ibas. En que tu decision de irte era eso, tu decision. Y que tenia tanto de coherencia. Hablamos durante un agno y medio sobre el aferrarse a la vida y el dolor de eso mientras la Segnora Muerte nos acompanaba de hospital en hospital.
Te lo dije antes de ayer con toda mi alma, que lo importante era que estuvieras bien, que si tu decision era irte que tenias que hacerlo, que yo voy a estar bien, que no te dire que me dejas sola ni ninguna de esas frases que llenan de culpa las despedidas.
Sabes que tengo pena, pero sabes tambien que estoy bien. La Luna me llena de besos mientras en la sala cuna dicen que ha sido un periodo en que esta muy pesada, la panza lleva unos dias en que se mueve mucho, me siento cansada (seguramente menos de todos los que han estado contigo estas semanas), con una tristeza congelada que se soporta con los carinos a la distancia de esos amigos y amigas de siempre que son mi familia (y han sido la tuya tambien) y a aquellos que son tus amigos, por ende mi familia.
A ellas y ellos especiales gracias porque su presencia en estos dias es la mia y sus lagrimas y risas tambien.
Ya no te lo voy a poder decir, pero la ultima vez que te escuche –y tu no me escuchabas- la Luna hablaba por primera vez al telefono contigo.
Te podria decir tantas otras cosas en este mismo lugar donde hace 4 agnos y medio, tomados de la mano despedimos a mi madre, donde cerramos juntos un periodo largo, duro, doloroso, pero tambien bello, que compartimos entre conversaciones infinitas, cervezas trasnochadas y recuerdos que nos llevaron con la misma velocidad del llanto a la risa. Asi purificamos nuestra tristeza esa vez, asi espero pronto poder hacerlo con la tremenda pena que me apreta el corazon ahora.
Hermano, te amo."
Recuerdo tambien la ultima vez que nos vimos y nos abrazamos. La Luna y yo te acompagnamos al aeropuerto, hablamos tanto y nos quedaron tantas cosas por hablar, me acuerdo de tu sonrisa, de tus manos grandes y flacas, que al cabo de una semana la Luna se habia transformado en una laucha conocida que ya tomabas con confianza y mirabas con ojos enamorados. Nos deciamos que nuestra pequena familia habia crecido.
Pensar en ti es pensar tambien en tus historias surreales (algunas me hicieron detestarte y otras reirme a carcajadas), de tantos pedazos de tu vida que no conoci y que ya no voy a conocer.
La distancia es una gran mierda, pero nunca me ha pesado tanto como ahora. 19 de horas de viaje es dificil traducirlas en una medida de dolor.
Vivir estas semanas disociada, con un pedazo de vida aqui, en el trabajo, con conversaciones que 2 minutos despues ya no recordaba, mirando el telefono, colgada a internet, esperando las 10 de la noche para poder saber que pasaba, para poder rastrear en la familia y en los amigos como estabas, si sufrias. Para asegurarme tambien que el maximo de ellos te dijera tantas veces como pudieran todo lo que te amo.
El resto de las cosas que tenia que decirte te las dije desde aqui, pensandote con fuerza, con las lagrimas cayendome mientras me dormia, con pequenos permisos que me daba para pensar que te me ibas. En que tu decision de irte era eso, tu decision. Y que tenia tanto de coherencia. Hablamos durante un agno y medio sobre el aferrarse a la vida y el dolor de eso mientras la Segnora Muerte nos acompanaba de hospital en hospital.
Te lo dije antes de ayer con toda mi alma, que lo importante era que estuvieras bien, que si tu decision era irte que tenias que hacerlo, que yo voy a estar bien, que no te dire que me dejas sola ni ninguna de esas frases que llenan de culpa las despedidas.
Sabes que tengo pena, pero sabes tambien que estoy bien. La Luna me llena de besos mientras en la sala cuna dicen que ha sido un periodo en que esta muy pesada, la panza lleva unos dias en que se mueve mucho, me siento cansada (seguramente menos de todos los que han estado contigo estas semanas), con una tristeza congelada que se soporta con los carinos a la distancia de esos amigos y amigas de siempre que son mi familia (y han sido la tuya tambien) y a aquellos que son tus amigos, por ende mi familia.
A ellas y ellos especiales gracias porque su presencia en estos dias es la mia y sus lagrimas y risas tambien.
Ya no te lo voy a poder decir, pero la ultima vez que te escuche –y tu no me escuchabas- la Luna hablaba por primera vez al telefono contigo.
Te podria decir tantas otras cosas en este mismo lugar donde hace 4 agnos y medio, tomados de la mano despedimos a mi madre, donde cerramos juntos un periodo largo, duro, doloroso, pero tambien bello, que compartimos entre conversaciones infinitas, cervezas trasnochadas y recuerdos que nos llevaron con la misma velocidad del llanto a la risa. Asi purificamos nuestra tristeza esa vez, asi espero pronto poder hacerlo con la tremenda pena que me apreta el corazon ahora.
Hermano, te amo."